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dirigentes y deberes



 
La elección de dirigentes para la iglesia o la asociación es un asunto importante. La prosperidad de la obra depende en gran medida de sus dirigentes.  Debe ejercerse el ,mayor cuidado al llamara hombres y mujeres a posiciones de sagrada responsabilidad.  Con todo fervor, debe tratarse de hallar las siguientes cualidades en aquellos que son nombrados para desempeñar cargos en la iglesia:
 
Sus cualidades
 
Idoneidad moral.
 “Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez” (Exo .18:21)
“Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros  a siete varones de buen testimonio,  llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo” (Hech .6:3).
“También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo” (1 Tim. 3:7).
“Lo que has oído de mi ante muchos testigos, esto encarga a hombre fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Tim. 2:2).
 
Idoneidad religiosa.
 “Palabra fiel:  Si alguno anhela la obispado, buena obra desea.  Pero es necesario que el obispo [anciano] sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso e ganancias deshonesta, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el no sabe gobernar su propia casa.  ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);  no  un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.  También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.  Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos d ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia.  Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles.  La mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.  Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas.  Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús” (1 Tim. 3:1-13)
“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de lo creyentes, en palabra, conducta, amor espíritu y pureza.  Entre tanto que voy, ocúpate de la lectura, la exhortación y la enseñanza.   “Ten cuidado de ti mismo y a los que te oyeren.” ( 1 Tim. 4:12-13,16)
“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible,, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni rebeldía.  Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, o dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen.  Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión,  los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene”  (Tito 1:5-11)
“Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina”. “Presentándote en tú en todo como ejemplo de buenas obras: en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros” (Tito 2:1,7-8)
 
La iglesia debe ser guardada y alimentada. 
El apóstol Pablo en su obra administrativa convocó a los “ancianos de la iglesia” (Hech. 20:17).  Entonces los aconsejó: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida andarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.  Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas par arrastrar tras sí a los discípulos.  Por tanto velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lagrimas a cada uno” (Hech. 20:28-31)
Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada:  Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” (1 Ped. 5:1-3)
 
Respeto y deferencia que se deben a los ministros y dirigentes de la iglesia. 
“Os rogamos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra.  Tened paz entre vosotros” (1 Tes. 5:12-13)
“Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar” (1 Tim. 5:17)  “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe”  “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso” (Heb. 13:7,17)
 
“Los creyentes tesalonisenses sufrían molestias por parte de hombres que se levantaban entre ellos con idas y doctrinas fanáticas.  Algunos andaban ‘desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno’  La iglesia había sido debidamente organizada, y se habían nombrado dirigentes para que actuaran como ministros y diáconos.  Pero había algunos díscolos e impulsivos que no querían someterse a los que ocupaban puestos de autoridad en la iglesia.  Aseveraban tener derecho no solo a su juicio individual, sino también a imponer públicamente sus ideas a la iglesia.  En vista de esto, Pablo llamó la atención de los tesalonicenses al respeto y a la deferencia debidos  a aquellos que habían sido escogidos para ocupar puestos de autoridad en la iglesia” (Hechos de los apóstoles, pág. 215)
 
“Muchos no se dan cuenta del carácter sagrado de la relación con la iglesia, les cuesta someterse a l restricción y disciplina. SU conducta demuestra que exaltan su propio juicio por encima del de la iglesia unida y no evitan cuidadosamente el estimular un espíritu de oposición a su voz. Los que ocupan posiciones de responsabilidad en la iglesia pueden tener faltas como los demás y pueden errar en sus decisiones; pero, no obstante eso, la iglesia de Cristo en la tierra les ha dado una autoridad que no puede ser considerada con liviandad” (Joyas de los testimonios, tomo 1, págs. 445-446)
 
No debe haber apresuramiento en la elección de los dirigentes de la iglesia. “En muchos lugares encontramos hombres que han sido colocados apresuradamente en posiciones de responsabilidad como ancianos de iglesia, cuando no estaban calificados para ocupar semejante puesto.  No saben gobernase así mismos.  Su influencia no es buena.  La iglesia está continuamente en dificultades como consecuencia del carácter deficiente de los dirigentes.  SE les impuso las manos con demasiada ligereza” (Obreros evangélicos, pág. 454).
 
“El apóstol Pablo escribió a Tito: ‘Por esta causa te dejé en Creta, par que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía.  Porque es necesario que el obispo [anciano] sea irreprensible, como administrador de Dios’ (Tito 1:5-7).  Sería bueno que todos nuestros ministros prestasen atención a estas palabras, y no designasen apresuradamente a quienes han de desempeñar los cargos, pues no deben hacerlo sin la debida consideración y mucha oración para que Dios por su Espíritu Santo les indique a quién aceptará.
 
“Dijo el apóstol inspirado:  ‘No impongas con ligereza las manos a ninguno’ (1 Tim. 5:22).  En algunas de nuestras iglesias la obra de organizar y ordenar a los ancianos ha sido prematura; se ha pasado por alto la regla bíblica y por consiguiente la iglesia ha sufrido dificultades graves.  No debe haber tanto apresuramiento en elegir a los dirigentes, como para ordenar a quienes no están en manera alguna preparados para la obra de responsabilidad..” (Joyas de los testimonios, tomo 2, pág. 261)
 
Los que se oponen a la unidad no son idóneos para ser dirigentes.  “Ultimamente se han levantado entre nosotros hombres que profesan ser siervos de Cristo, pero cuya obra se opone a la unidad que nuestro Salvador estableció en la iglesia.  Tienen planes y métodos de trabajo originales.  Desean introducir en la iglesia cambios de acuerdo con sus ideas de progreso, y se imaginan que así se obtendrán grandes resultados.  Estos hombres necesitan aprender mas bien que enseñar en la escuela de Cristo.  Están siempre inquietos, aspirando a hacer alguna gran obra, realizar algo que les reporte honra.  Necesitan aprender la más provechosa de todas las lecciones: la humildad y fe en Jesús...
 
“Los que enseñan la verdad, los misioneros y dirigentes de la iglesia pueden hacer una gran obra por el Maestro, si tan solo quieren purificar sus almas obedeciendo la verdad... Como miembros del cuerpo de Cristo, todos los creyentes son animados por el mismo espíritu y la misma esperanza.  Las divisiones que hayan en la iglesia deshonran la religión de Cristo delante del mundo, y dan a los enemigos de la verdad ocasión de justificar su conducta.  Las instrucciones d Pablo no fueron escritas solamente para la iglesia de su tiempo. Dios quería que fuesen transmitidas hasta nosotros” (Joyas de los testimonios, tomo 2, págs. 79-80).
 
No es seguro elegir como directores a hombres que se niegan a cooperar con otros. “Dios ha puesto en la iglesia, como sus ayudadores señalados, hombres de diversos talentos, para que por la sabiduría combinada de muchos, pueda cumplirse la voluntad del Espíritu.  Los hombres que proceden d acuerdo con sus propios rasgos fuertes de carácter, y rehusan llevar el yugo con otros que han tenido larga experiencia en la obra de Dios, llegarán a cegarse por la confianza propia y a incapacitarse para discernir entre lo falso y lo verdadero.  No es prudente elegir a los tales como dirigentes de la iglesia; porque seguirían su propio juicio y plan, sin importarles el juicio de sus hermanos.  ES fácil para el enemigo trabajar por medio de aquellos que,  aunque necesitan consejo ellos mismos a cada momento, emprenden el cuidado de almas confiados en su propia fuerza, sin saber aprendido la humildad de Cristo” (Los hechos de los apóstoles, pág. 29; véanse también las págs. 79-80)
 
Período de servicio
 
El período de servicio par los dirigentes de la iglesia y las organizaciones auxiliares será de un año, excepto cuando la iglesia local, en una sesión administrativa, toma a el voto de que haya elecciones cada dos años a fin de facilitar la continuidad y el desarrollo de los dones espirituales y eliminar el trabajo que implica celebrar elecciones anuales.  Mientras que no es aconsejable que una persona sirva indefinidamente en una posición particular, los dirigentes pueden ser reelegidos.




Manual  de iglesia, cap 6




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